NO TE RÍAS DE MI, RÍETE CONMIGO

Por Kary Rojas

Si al verme pasar te causa risa mi figura; acércate, conóceme y con el tiempo, no te reirás de mí, aprenderás a reír conmigo.
Si te ríes de mi, al verme cuando camino; no te fijes en la torpeza de mis pasos, sino en las huellas que voy dejando por el sendero que recorren mis pequeños pies, que van con seguridad, construyendo sueños, buscando su destino.

Si cuando ves mis pequeñas manos, dudas de lo que puedo con ellas construir o alcanzar, no te dejes llevar por las apariencias, mis manos pueden hacer muchas más cosas de las que te puedes imaginar, con ellas fabrico letras que se unen y logran fronteras traspasar; también puedo darle vida a notas que hacen música y alegran el alma de quien las ha de escuchar; con mis manos puedo acoger, acariciar, construir y fabricar mil sueños y sobre todo, poder hacerlos realidad.

Si me ves llorar, no sientas lástima por mí, yo también tengo humanidad y al igual que tu, enfrento momentos de fragilidad, el dolor no deforma sino que transforma, es una gran verdad, las caídas nos ayudan a adquirir más seguridad al caminar, las lágrimas nos enseñan a vivir más intensamente los momentos de gozo y de paz…

Y cuando seas testigo de los esfuerzos que hago para mis metas poder alcanzar, y te des cuenta que hay muchas cosas que la humanidad ha colocado tan en alto que me cuesta trabajo poderlas tan siquiera tocar; no intentes hacer más fácil el camino, ni busques ofrecerme un mundo ya construido; si quieres camina a mi lado como amigo, aprende tu también a soñar conmigo; luchemos juntos por hacer realidad nuestros sueños y llegar hasta donde queremos llegar.

No te rías de mí, ríete conmigo; de la alegría y de la paz que transmito; porque he aprendido a conocer quién soy, por qué y para qué vivo, soy un ser humano como tu, que ríe y llora, sueña y se enamora, cae y se levanta, se enoja, tiene miedo y los enfrenta, pero ante todo, que ha aprendido a descubrir que desde abajo se ve más la grandeza del cielo.

No puedo correr ni caminar quizás tan ágilmente como lo haces tu, pero doy pasos cortos con pisadas firmes que dejan huellas imborrables por donde voy; no creo en los imposibles, se que todo con fe, constancia y valor lo puedo alcanzar; he encontrado en una silla el instrumento para encender la luz y salir de la oscuridad; elijo esforzarme, subirme en ella y aprender a caer; no quedarme estancada ni esperar que todo me lo resuelvan, mucho menos sentir que ya no hay nada más que hacer…

Quizás al verme te preguntarás: ¿será que en personas así, la perfección de Dios podrá estar?… la perfección de Dios en mí, está más allá de las apariencias o de lo que a simple vista te puedo inspirar… está en todo lo que con mi vida logro transformar en ti, en quienes me rodean, en el cosmos, en la humanidad…

Alguna vez encontré una frase que decía: «Las pequeñeces hacen la perfección, sin ser la perfección una pequeñez»… eh ahí una gran verdad…

No te rías de mí, ríete conmigo… y verás que me será muy fácil poder llamarte hermano y amigo.